Área médica del Centro Médico de Asturias en Oviedo
¿Qué hacer cuando los pies se pegan al suelo?

¿Qué hacer cuando los pies se pegan al suelo?

Neurología
29 septiembre, 2023

    

Aproximadamente, de cada cien mil personas que viven en nuestro país trescientas tienen la enfermedad de Parkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente tras la enfermedad de Alzheimer y la principal causa de que los pies «se peguen al suelo». Pero existen también otras como, por ejemplo, el parkinsonismo vascular (por alteraciones vasculares cerebrales en personas hipertensas, diabéticas, con niveles elevados de colesterol o fumadoras), el parkinsonismo farmacológico (inducido por la toma continuada de determinados medicamentos para el vértigo, los vómitos o antipsicóticos) y la hidrocefalia (por acúmulo excesivo de líquido cefalorraquídeo en el cerebro).

El paciente prototipo con enfermedad de Parkinson es un hombre varón, mayor de 60 años, con temblor o dificultades de movimiento en uno o ambos lados del cuerpo. Lentitud, temblor, rigidez y trastornos de la marcha (pasos más cortos y arrastre de los pies que «se pegan al suelo») o de la postura (caminar encorvado hacia delante) constituyen los llamados síntomas motores del párkinson, los más visibles desde el exterior. Existen también síntomas no motores, menos visibles, pero muy importantes por la repercusión que pueden tener en la calidad de vida del paciente (disminución de la percepción de olores o sabores, alteraciones digestivas como estreñimiento, dolor y trastornos del sueño o del ánimo, entre otros).

Todas estas manifestaciones aparecen cuando se altera el funcionamiento normal de una parte del cerebro llamada ganglios de la base debido a la disminución de dopamina, que es una sustancia necesaria para el control de los movimientos del cuerpo. Es característica la dificultad para realizar movimientos finos como abrochar botones, manejar cubiertos, escribir o dar vuelta en la cama.

Cuando un paciente con enfermedad de Parkinson acude por primera vez a la consulta, es posible diagnosticarlo a partir de lo que nos cuenta y los signos que vemos al explorarlo sin necesidad de recurrir a más estudios. Por eso decimos que el diagnóstico de párkinson es clínico. En casos concretos podemos ayudarnos de ciertas pruebas como las de radiología, para descartar lesiones vasculares cerebrales o una hidrocefalia, y las de medicina nuclear, para diferenciar otras causas de parkinsonismo.

Aunque no existe hoy por hoy ningún tratamiento curativo, sí disponemos de medicamentos (levodopa o potenciadores de la misma) con los que podemos controlar los síntomas, o en casos evolucionados, que dejan de responder satisfactoriamente a los fármacos, optar a otras terapias como la cirugía (estimulación cerebral profunda), la bomba de apomorfina o la infusión intraduodenal de levodopa.

Tan importante como la toma de la medicación es mantenerse activo para conservar el tono muscular, por lo que es esencial caminar a diario y realizar ejercicio físico de manera regular —por ejemplo, gimnasia en el agua— que, además de fortalecer los músculos, relaja y mejora el estado de ánimo. Existen también terapias rehabilitadoras para aliviar la rigidez. Seguir una alimentación saludable y adecuada ayuda a nutrir los músculos, combatir el estreñimiento y contribuye a que los medicamentos puedan absorberse mejor y sean más efectivos.

Siempre que el paciente o sus allegados aprecien algunos de los síntomas mencionados anteriormente es recomendable consultar al neurólogo para poder realizar un diagnóstico y determinar el tratamiento más adecuado en cada caso.

Firmado: Raquel García Rodríguez, neuróloga del Centro Médico de Asturias

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